El término «incívico» se refiere a alguien que actúa sin civilidad, mostrándose maleducado, grosero, descortés, desconsiderado, entre otros comportamientos negativos. Es el antónimo de «cívico», lo cual implica que una persona incívica no cumple con sus deberes de respeto y consideración hacia los demás miembros de su comunidad.
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Es fundamental mantener nuestras calles limpias y seguras para todos. Dejar las heces de nuestras mascotas en la vía pública no solo es una falta de respeto hacia los demás ciudadanos, sino que también representa un serio problema de salud pública. Cada vez que decides no recoger los desechos de tu mascota, contribuyes a la contaminación ambiental y pones en riesgo la salud de niños, adultos y otros animales. Es un acto de irresponsabilidad que dice mucho sobre el tipo de persona que eres y el respeto que tienes por tu comunidad.
Recoger después de tu mascota es más que una obligación cívica; es un reflejo de tu compromiso con un entorno limpio y saludable. Las calles de nuestra ciudad no son un baño para animales; son espacios compartidos que merecen ser tratados con respeto. Si realmente amas a tu mascota y te preocupas por tu comunidad, siempre llevarás contigo bolsas para recoger sus desechos y las utilizarás. No hacerlo es inaceptable y muestra una falta de consideración por los demás.
A aquellos que eligen ignorar esta responsabilidad básica, se les debe recordar que sus acciones tienen consecuencias, no solo para el medio ambiente sino también para la percepción de los dueños de mascotas en general. Ser un dueño de mascotas implica cuidar de ellas de manera responsable, y eso incluye limpiar después de ellas. Es hora de que todos tomemos este deber en serio y demostremos respeto por nuestra comunidad y por el planeta. No seamos la razón por la que nuestras calles se vuelven insalubres y desagradables. Hagamos lo correcto.